Hace algunos años entró en vigor en España la ley de la Memoria Histórica, entre algunos de sus atributos esta ley reconocía a todas las víctimas del franquismo y ordenaba la retirada de todos los símbolos de esta dictadura que se encontraban en la vía pública.
Hay que recordar que España no fue siempre uno de los países más prósperos de la Unión Europea hace tan solo unas décadas la nación ibérica libró unas de las más terribles guerras civiles de la historia y vivió una feroz dictadura de 40 años liderada por el general Francisco Franco.
Aquí es donde surgen los cuestionamientos, pues ¿Por qué eliminar todo vestigio de un pasado vergonzoso y cruel?, ¿No es necesario recordar a esos villanos de la historia para así no repetir los mismos errores?, ¿No somos lo suficientemente maduros como sociedad para aprender de esas caídas de las que en su momento nos levantamos?
El caso mexicano es muy peculiar, después de haber vivido más de 70 años bajo un régimen de partido-gobierno, de violaciones continúas a los derechos humanos y de llegar a los límites más inverosímiles de corrupción y totalitarismo, una parte importante de la población pareciera querer regresar a lo mismo.
La historia no se puede olvidar, no niego que sería bueno eliminar todos esos monumentos erigidos a personajes deshonrosos, pero nunca hay que olvidar quienes fueron y como dañaron al país.
Los casos de Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto saltan a la vista, México no puede permitirse otro Echeverría, otros Salinas u otro Fox. Lamentablemente en el caso mexicano los retos tienden a sobrepasar a los políticos.
yo creo H que no sería bueno eliminarlos de la historia además del pasado se aprende, pero como siempre están disfrazando la verdad no creo aun así funcione.
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