jueves, 9 de julio de 2009

Bienvenido al Show de los Fenómenos.

Por favor, sea usted tan amable de leer los pasos a seguir para disfrutar suculentamente del show.

1) Prepárese con el peor de sus personajes; al que se le adjunte el altamente nocivo temple crítico y burlesco, para luego salir a las calles más concurridas del Estado en que radica. (Se sugiere que otro individuo le acompañe.)


2) Usted y su invitado observen (miren, escaneen y analicen) a quien sea que se cruce y no por su camino, a fin de encontrar en el objetivo alguna característica que les parezca particularmente discrepante a las propias.

3) Entre usted y su acompañante intercambien la información procesada a través de palabras o frases agresivas que el objetivo en mira les haya inspirado a crear.

4) Externen sus observaciones directamente al objetivo a tono de burla. -Este paso queda bajo consideración propia; dependiendo de qué tan ridícula pueda ser su condición de conciencia y qué tan alto pueda llegar a ser su nivel de valemadrismo-.

5) Sea un imbécil y ría…

[…ría y camine con esa capa invisible de superioridad que usted sabe portar muy bien…ría de la desgracia ajena, ría de aquellos desdichados… ¿qué si aquel se orinó en los pantalones?, ¿qué si aquella mujer parece un amorfo?, ¿qué si el otro se tropezó bajando las escaleras del metro?, y ¿qué si soy Margarito, Sammy, El Sibidibidi, Furcio o Laura G?... ¡Yo soy show! Y muchos disfrutan viéndome en la televisión. No sé si soy totalmente consciente de lo que represento, pero yo… ¡Yo soy SHOW!]*


Ahora, mi respetado lector, después de haber llevado a cabo los pasos anteriores, no tenga temor en regresar a casa, mirarse al espejo y preguntarse de qué espectáculo forma parte usted.


Por su atención, Gracias.


* Crisis emocional.

1 comentario:

  1. Todos somos show. El problema es que la mayoría no sabemos para quién. Algunos intentan serlo, pero resultan el espectáculo del público equivocado.
    Como aquellas que se visten para apantallar a los hombres, pero terminan llamando más la atención de las vecinas indignadas y chismosas, los sacerdotes, las chicas que realmente son atractivas y uno que otro más. Y no olvidemos contar a los hombres que no estaban dentro de la lista de objetivos. Por ejemplo, el objetivo original eran los ejecutivos y terminaron siendo algunos albañiles y conductores de transporte público.

    ... definitivamente todos somos show. Lo único que podemos corregir es el giro comercial. ¡Saludos!

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