Miércoles por la tarde y el termómetro marca 38 grados centígrados en el centro de Monterrey.La Sultana del Norte se caracteriza por tener un clima extremo, atípico de otras ciudades de la República Mexicana. Pero este año se pronostica como uno de los más calientes, no sólo en Monterrey, sino a lo largo del territorio nacional.
Esto es debido, en gran parte al calentamiento global que aqueja al planeta, el cual se produce por el dióxido de carbono que se encuentra de forma excesiva en el ambiente.
Hasta hace unos años parecía irrisorio imágenes como las que se presentaron en la película El día después de mañana, protagonizada por Dennis Quaid, Jake Gyllenhaal y Emmy Rossum, en donde la ciudad de Nueva York es devastada por los glaciares de la Antártida que se descongelan.
Pero ahora con las nuevas investigaciones sobre el cambio climático la película no estaba tan alejada de la realidad. Según información disponible en la página web de la SEMARNAT, los científicos han previsto que este año la temperatura del planeta se incremente tres grados centígrados con respecto a otros lapsos.
¿Por qué se nos hace tan difícil contribuir a desacelerar el cambio climático? La respuesta está en nuestra cultura en donde los mexicanos suprimimos la obligación de preservar nuestro ambiente con la frase “otro lo hará”, pero ignoramos que cada vez que tiramos basura en la vía pública, es un segundo menos de vida de la Tierra.
En México, el gobierno cuenta con programas para reducir la emisión de dióxido de carbono en el medio ambiente, pero aún no son suficientes para detener el impacto causado por este gas de efecto invernadero.
El 2008 fue considerado el Año Internacional de la Tierra donde se buscó concientizar a las personas de preservar el planeta, pero a pesar de que ya pasó un año, ahora más que nunca tenemos la obligación moral de velar por nuestro hogar, la Tierra.
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Paloma Ramírez actualmente estudia en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UANL y colabora para el periódico Milenio.

Pero ¿Qué nos espera en un mundo sin un Estados Unidos como lo conocemos?, la respuesta podría ya estar escrita, pues la mayoría de los economistas ya se dan una idea de lo que puede pasar de aquí al 2050.
Esto no significa que Estados Unidos desaparecerá, ni ninguna de las potencias actuales, simplemente que estas cuatro naciones cuentan con más recursos y están creciendo a niveles impresionantes en los últimos tiempos. Según los que saben, en próximos años podrían hacerse más poder global en los próximos años y ocupar lugares que antes eran exclusivos de EU, Japón o los países de la Unión Europea.
Pronto las tendencias en arquitectura, moda o estilos de vida podrían ser dictadas por las nuevas potencias y el mundo podría comenzar a virar de una forma diferente. De la misma manera en que un joven de 20 años no conoció un mundo bipolar dominado por EU y la 











