
La herencia del Pulgar.
Sí, me adelanto a aquellos que me dirán aguafiestas, pero esto es el colmo. Resulta que leyendo un artículo de Dana Goodyear de The New Yorker me enteré que en Japón una nueva moda es la de escribir novelas en formato SMS, dígase coloquialmente en mensajitos de texto desde tu celular.
Y si piensas que esto es pura novedad, no es así. Japón es una sociedad en la que más del 80% de jóvenes entre diez y diecinueve años están habituados al uso del celular con acceso a la red inalámbrica desde hace más de una diez años.
Este tipo de novelas han ido ganando terreno en el negocio editorial del país del Sol Naciente, tan sólo en el 2007, cuatro de los cinco Best Sellers del año fueron novelas keitai shosetsu.
La novela ketai shosetsu es el primer género literario que nace en la era del teléfono móvil, la industria lo detectó como un nuevo producto capaz de comercializar y su principal target es la generación del pulgar, como se les conoce a todos aquellos que se la pasan sumidos en su teléfono celular y las consumen.
Todo inició con un sitio en internet llamado Maho i Land (Isla Mágica) que permite gratuitamente publicar textos SMS, los textos van acumulándose hasta formar páginas enteras que cuentan historias escritas por los usuarios. Tal fue el éxito de éstas, que una editorial decidió publicar las historias más visitadas del sitio, cuyas cifras llegan a sumar tres mil millones de visitas al mes.
Estas novelas están escritas por y para mujeres jóvenes principalmente, escondidas todas tras un seudónimo, pues en medio de una sociedad opresiva, encuentran en el internet una manera de escapar de la rigidez de comportamiento que la misma sociedad les exige.
Las historias están llenas de lugares y personajes comunes. Leerlas no exige mayor esfuerzo. La novela celular cuenta lo que todos ya sabemos y a diferencia de la verdadera literatura no te invita a cambiar tu manera de pensar.

El libro se ha vuelto un objeto de moda, autores completamente desconocidos han llegado a vender dos millones de ejemplares en un año.
La novela SMS es un ejemplo más de la manera en que el consumismo se disfraza de cultura y devora a su paso los principios básicos de la buena literatura.
No nos extrañe que esto pronto llegue a nuestro país, sólo falta que las tarifas del uso de telefonía celular sean más adecuadas a nuestros caprichos y aberraciones “culturales”.