viernes, 27 de febrero de 2009



Ellas y el poder

Para muchos ya es una batalla ganada el papel de la mujer en la política, pero nada podría ser más contrario a la realidad. Al igual que en muchos roles de la vida social, en la política pareciera que la mujer se encuentra destinada a estar en un segundo plano.

Es verdad que muchos espacios se han ganado, pero reflexionemos y veremos a una mujer como jefe de estado o de gobierno, rodeada de hombres, con esto no me estoy refiriendo a que las mujeres deberían de estar en todos los puestos de un gobierno ni mucho menos, obviamente pueden hacerlo como los hombres podemos, pero hablo de que muchas veces el hecho de que una mujer llegue a la más alta magistratura de su país no da por sentado que las puertas para este género se hayan abierto de par en par.
(Eleanor Roosevelt participó en la formulación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, es uno de los iconos de la mujer en la política.)
Tanto Angela Merkel, Cristina Fernández, como Michelle Bachelet aparecen en la fotografías oficiales rodeadas de ministros y secretarios, y si hacemos cuentas el número de mujeres en puestos clave en gobiernos es casi nulo, salvo excepciones como en España, donde el grupo de ministras es nutrido y famoso en toda Europa, también hay sus lamentables comparaciones como en Italia donde las ministras son ex modelos o ex miss Italia y su preparación es dudosa además de relegadas a las carteras mas “lights”.

La igualdad de la mujer en el gobierno de una nación se ve opacada también por el hecho de que muchas no toman en serio su papel, pues dan por hecho y en ocasiones lo dicen sin pudor que se encuentran en tal o cual puesto o aspiran a éste para que sus Partidos cumplan con la “cuota de género”.

Es cierto que cada vez son más los países donde se abre la puerta a la igualdad de género, es verdad que en muchos otros aun falta camino por recorrer. En México donde se cubren las “cuotas de género” la mujer tiene que lucha por cubrir espacios que se le tiene aun cerrados, pero Ivonne Ortega, Amalia García y muchas otras demuestran que es posible llegar a esos puestos.

Siguiendo en México, a muchos les llega a sorprender, pero hay mujeres que creen que ellas no podrían gobernar un país, ni siquiera dirigir un municipio, la mediocridad de este tipo de razonamientos son las causas de que muchas de las oportunidades que tienen sean desperdiciadas, se tiene que cambiar esos paradigmas en naciones en desarrollo si no la igualdad nunca será una realidad global.


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