martes, 24 de marzo de 2009




Dos libros

Decía Louisa May Alcott que es un buen libro aquel que se abre con expectación y se cierra con provecho. Por ello, describiremos dos bibliografías leídas por quien esto escribe en el pasado reciente.

“Las tumbas y yo”, de Rafael Loret de Mola, es la obra más reciente presentada (ya que a partir del mes de abril comenzará a circular en México bajo el editorial Océano, “Si los toros no dieran cornadas”) por “el crítico político por antonomasia”, tal y como se define el autor de ésta.
Una novela allegada a la realidad, claro, con brochazos surrealistas, aunque evidentemente definidos y descritos los personajes que se asemejan a individuos reales.

Autobiográfica, mas no una carta premonitoria; al caminar junto a Julián Rivera por la historia que cuenta en primera persona este periodista que únicamente ve como la muerte lo acompaña en su carrera.

A pesar de ejercer el género de la novela, Loret no se aleja de contar circunstancias dignas de ser reseñadas por su contenido periodístico. Los nexos entre las mafias de un lado al otro, independientemente del óbice que podrían representar los océanos, así como los polos, en la geometría política, que se tocan mas nunca se golpean.

La historia constriñe en las experiencias que Rivera vive, sufre podría escribirse, desde la muerte de su padre en un “accidente” automovilístico; su trato, circunstancial, con la mafia mexicana y rumana, esto por las conexiones claras entre las sectas secretas que viven bajo la fachada de extremos que se acogen en la religión.

Los polos se tocan una y otra vez en la trama, las tumbas juegan un papel preponderante, en base a ellas se crea la historia, ante el misterio que impera en ellas.

En charla con este reportero, Loret de Mola Vadillo señala algunos valladares que ha tenido que eludir con su obra: “No sólo se han negado coberturas sino que, como no ocurre con textos de autores con menos trayectoria, de plano ha imperado un hondo vacío con relación a la obra (acaso porque los candados oficiales siguen manteniendo coberturas amplias). Como si se apostara al silencio para dejarla sobre los anaqueles en espera de que los lectores la descubran por sí solos”.

“Gomorra” de Roberto Saviano es un libro que ha tenido un éxito profesional indubitativo (dos millones de copias en su país, 33 traducciones, más de dos años en lo alto de la lista de best sellers) hacia su autor, aunque palmariamente también le ha venido a sacrificar su vida personal.
Saviano en entrevista con el diario El País dice: “No sé si estoy medio muerto o medio vivo. Lo que sé es que la amenaza de los Casaleses me ha convertido en peor persona. Más desconfiado, más egoísta. Siento odio por los amigos que me abandonaron cuando salió el libro, entre una partida de Playstation y una de la Liga Fantástica. Apenas salgo de casa. No puedo usar tarjeta de crédito.

Vivo escoltado 24 horas al día. Ya no soy un hombre, soy un equipo. Los muchachos son fantásticos, son napolitanos como yo, hacemos deporte juntos, boxeamos en el gimnasio... Pero echo de menos Nápoles, aquellos retrasos eternos del tren en la estación... El tiempo se ha deformado, los minutos son extraños, cada movimiento banal requiere un día entero. Y no puedo hacer las cosas mínimas: pasear, tomar algo en un bar, comprar una nevera. Ayer fuimos al supermercado y fue patético. Los carabineros alrededor del carrito, todos opinando sobre la pasta que debía coger. La gente se asustó, nos abrieron paso en la caja para que nos fuéramos rápido. Cuando salimos les dije a los chicos: 'No volvemos’”

No es poco lo que hizo Saviano, diseccionó y evidenció a la mafia napolitana. Ésta la tiene amenazado, vive con cinco escoltas a sus 29 años.

ARCHIVERO…

PARAMORBOS, no sólo se las debía al Ejército, también a los Estados Unidos, había ordenado entambar a cuatro agentes de la DEA en la carretera a Saltillo a inicios de este año; por ello viajó Tony Garza silenciosamente, por lo menos dos veces, a la ciudad, según cuentan fuentes de inteligencia…

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