miércoles, 19 de agosto de 2009

NOVELA BLOG (1ERA PARTE)

La noche ya entrada. El silencio estentóreo propio de la altura del día. La luz mercurial que contrasta con la oscuridad imperante. En el estacionamiento de un centro comercial de un municipio conurbado, Miguel Santo, gobernado por el ala más extrema del conservadurismo político, está una patrulla.

Sentados dentro de ésta se encuentran un policía, con su arma larga, y un civil. El hombre de unos 45 a 50 años, regordete, bigote prominente, mirada taciturna, bebe una diet coke, como si intentara mantener su figura.

El policía y el civil charlan dentro de la unidad policíaca:

-No han llegado estos dos –dice Jorge Uribe, destacado elemento de la mafia miguelsantista

-Ya se tardaron, siempre son puntuales –dice Walter, policía raso de Miguel Santo

En ello a través del radio, manda una alerta

-Ya vamos para allá, cabrón, no se desesperen –contesta Raúl, otro policía raso

-Ok, te aguantamos –le responde

El día ha sido pesado, los policías han tenido que pasar por un interrogatorio sumamente vigoroso, el regente de la ciudad cree que sus elementos policíacos sirven a un grupo delincuencial diferente que al que su gran amigo, Armando Berrueto, le lava dinero, éste vive bajo la fachada de ser un destacado empresario del ramo deportivo.

Apenas un par de días atrás, Armando le había obsequiado a Julissa, la hija de Alberto Juárez, el regente, -¡cuánto diferencia a pesar de compartir apellido con el benemérito de las Américas!- un automóvil último modelo, un BMW azul para ser exactos.

Uribe pregunta: ¿Serán ellos?

-Sí ellos son, responde Walter a cargo de la patrulla 355

-Perdón por el retraso –les dice Raúl mientras sostiene en el hombro derecho una Automatic Kalishinikov 47, la joya bélica creada en Rusia en 1947

-Pensé que no cobrarían su quincena –les dice el capo

-¿Usted cree que seríamos capaz?, le responde en forma de pregunta Mayra, policía, también, raso

-De ninguna manera, hermosa –la concupiscencia se ha apoderado de Uribe

El fajo de billetes es amplio, prominente como el abdomen de Uribe. Cuenta, uno por uno y completa lo que le corresponde a cada uno de los genízaros.

-Tres mil, ¿listos?

-Gracias, le dicen casi al unísono los servidores públicos

El civil sube a su automóvil, que a diferencia del imaginario popular no es un coche sofisticado al contrario un carro austero, un Tsuru blanco modelo 94, el mismo año de la barbarie nacional.

Enfrente del estacionamiento, en un bar, Araceli Díaz, secretaría de finanzas de la municipalidad, marca un número telefónico desde su móvil.

-Diario La Labor, Buenas noches

-Buenas noches, ¿se encuentra Pedro Rivera?

-Le comunico

-Aló

-Bebé, te tengo una b-omba, la de ocho

(Continuará)

ARCHIVERO…

-PARAMORBOS, El domingo 9 de agosto, por allí de las 0.30 horas, unos setenta policías federales llegaron a un salón de fiestas en la colonia Juntas de Humaya, en Culiacán, donde se celebraban conjuntamente dos bautizos. Los agentes irrumpieron entre gritos y amenazas y comenzaron a quitar cámaras, carteras y celulares a los presentes, diciendo siempre buscar al padrino, quien resultó ser Dimas Díaz Ramos. “Ellos no sabían quién era el padrino, agarraban a uno y decían ‘éste es, éste es’, y luego metieron a los hombres al baño a golpearlos”, según la denuncia de familiares de cinco detenidos de esa ocasión que se presentó ante la CEDH. Resultó ser el cerebro de un atentado en contra del Presidente. Vale la pena preguntarse, aunque con mayor reflexión, como se hizo esta semana en un aula universitaria: ¿Quién es Genaro García Luna?

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