miércoles, 25 de febrero de 2009


Yo quiero tener un millon de amigos

Tremendo susto me di cuando revisaba mi muro y mis regalos regios. De repente a mi lado derecho apareció una caricatura, al principio creí que era un promo de Benjamin Button en sus primeros años luego me di cuenta que era el mismísimo candidato a la alcaldía de nuestra ciudad Abel Guerra.

Y no, no vayan a creer que lo confundí con Brad Pitt, o que pretendo hablar de política. Solo es que la caricatura en cuestión me puso a pensar en la nueva manera de hacer propaganda política, barata y efectiva, Facebook.

No creo que sea necesario definir lo que es Facebook, en pocos años se ha posicionado como la parada de rigor de todos aquellos que navegamos día a día en la red. Resulta irresistible no echar una miradilla de vez en cuando en el perfil de alguno de nuestros amigos y enterarnos de su situación sentimental o ver si estas en su top friends.

En México existen cerca de 25 millones de cibernautas, de los cuales el promedio pasa 12 horas cada semana pegado a su pantalla en algún tipo de red social o buscador.

La realidad es que estas redes sociales representan un dolor de cabeza para las empresas y su producción, si de por sí la tertulia entre colegas representaba una pérdida de tiempo, ahora sitios como Facebook y Messenger entran a las oficinas en silencio y de manera muy discreta acaparando tiempo que bien podría emplease en aumentar la productividad.

Muchos de nosotros formamos parte de alguna comunidad en la red, o simplemente por placer dedicamos un par de horas de ocio viendo todo tipo de información que se postea en esta plataforma.

Estudios recientes creen que dedicarle tanto tiempo a este tipo de sitios reduce nuestra capacidad de concentración; inclusive existen teorías de que nuestro cerebro está expuesto a tanto estímulo sonoro y visual que lo regresa a su etapa infantil en la cual sólo respondíamos a las cosas chillantes y coloridas.

Y es que el internet ha llegado a formar parte de nuestra vida cotidiana, se ha introducido en nuestra rutina y nuestras costumbres. Nos bombardea cada minuto con publicidad e información y nos propone una nueva tendencia de comunicación.

Nuestra lengua también ha recibido la “ciberinfluencia”, no se si esa palabra existe pero hoy en día todo vale, y muchos de los cibernautas hemos aprendido a destrozar nuestro lenguaje y crear una serie de términos bizarros que se han arraigado tanto a nuestra escritura que difícilmente conseguimos escribir un párrafo sin usar una abreviatura, vdd?



Pero no todo el panorama es negro, es bien sabido que las redes sociales constituyen un enorme potencial para el desarrollo de nuevas técnicas de mercado y de relaciones públicas. Si bien es un paso de nuestra evolución, las personas tenemos que dejar pasar la novedad y aplicarlo, como herramienta que es, en algo útil y que nos traiga beneficios… aparte de diversión.

1 comentario:

  1. Aguafiestas!
    Es entendible que los jefes odien ver a sus empleados perdiendo el tiempo, sin embargo, también es sabido que una cohesión social entre los empleados puede traer beneficios a las empresas. De hecho, muchas de ellas tienen como objetivo generar un clima de cooperación y estrechar lazos. Invierten dinero en ello y generan mejores equipos de trabajo.
    Es obvio que un uso desproporcionado de estas actividades (como las que hubo antes y llegaran después de ellas) conlleva a una perdida de productividad.
    Sin embargo, una empresa inteligente utiliza todos los recursos que tiene. Un manejo adecuado de las políticas de la compañía puede eliminar el acceso a internet de estos sitios y en cambio, generar un portal propio basado en el formato de Facebook. Esto generaría un interés similar pero el circulo estaría cerrado a personas dentro de la compañía.
    El punto es, como casi todo lo que existe, si es bueno o malo, depende del uso que se le da.
    Haber, díganme si ustedes no platican? Quien no chismorrea? No es parte eso de la estructura y el desarrollo de sociedades humanas? No es esto, digamos, natural?

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