
No sé cuándo.
¡No me preguntes cómo!
Estoy demasiado asombrada
para responderte.
¡Ir al cielo!
¡Qué remoto suena!
Y sin embargo, sucederá,
¡tan cierto como que los rebaños vuelven por la noche
a los brazos del Pastor!
¡Quizá tú vayas también!
¿Quién sabe?
Si fueras allí primero
guarda un poco de espacio para mí
junto a los dos que perdí.
El «manto» más humilde me irá bien
así como un pedacito de «corona».
Pues sabes que no importa la ropa
cuando estamos yendo a casa.
Emily Dickinson
GRACIAS
ResponderEliminarTe queremos.
ResponderEliminarLkd