jueves, 12 de marzo de 2009


Mujeres: Cuándo el sexo débil busca su lugar.

Madame Curie, Mata Hari, la Madre Teresa de Calcuta, Isabel I de Inglaterra, Virginia Wolf, Eva Perón, Edith Piaf, Juana de Arco, Hellen Keller, Ana Bolena, Frida Khalo, Margaret Thatcher, Grace Kelly, Eva Braun, Oprah Winfrey, Cleopatra, Diana de Gales, Benazir Bhutto, Hillary Clinton.

Estos son algunos de los nombres de las muchas mujeres que se han destacado por llegar a lugares que los hombres nunca pudieron imaginar, ya sea en las artes, las ciencias exactas, la política, la literatura o simplemente en el hogar, estas mujeres son ejemplo de la búsqueda de la igualdad que hemos realizado desde el inicio de la humanidad.

Dicen algunas de las primeras teorías, religiosas por supuesto, que cuando Dios hizo al hombre también creó a la mujer para que fuera su complemento, para que juntos iniciaran el proceso de la vida; si esto es realmente cierto y la intención de la creación de los seres humanos era realizar un equilibrio, por qué la mujer ha luchado más tiempo por establecer sus derechos.

Durante la formación de la sociedad las mujeres hemos experimentado diversas etapas, hemos sido simples seres humanos, mercancía, musas, guerreras, muñecas, proveedoras, victimas o victimarias, pero sobre todo por mucho tiempo hemos sido forzadas a ser algo que no queremos.

Pero aclaremos un punto antes de continuar. No es que no disfrutemos el ser madres, esposas, hermanas, hijas o cualquier otro papel asignado, lo hacemos con gusto y dedicación, el conflicto cae en el hecho de que muy pocas veces se nos ha dado la opción de elegir.

La historia esta llena de grandes relatos de héroes y salvadores que han cambiado el curso de los acontecimientos, pero también las hay de mujeres que desde las sombras y poniendo en riesgo su vida, se han atrevido a dar pequeños y grandes pasos al camino de la consolidación de la mujer.

Y no es que como mujeres nunca hayamos disfrutado de privilegios, claro que los tenemos, es simplemente que también tenemos la necesidad de la evolución y por lo tanto hemos llegado al punto de querer una igualdad en todos los aspectos con el hombre.

Hemos luchado contra la etiqueta de débiles, peleado en las grandes guerras, logrado el voto, la minifalda, los pantalones, la libertad de expresión, la educación, los deportes, la liberación sexual.
Pero aún existen muchas otras cosas que nos gustaría obtener como un acuerdo sobre el aborto, una posición política mas amplia o una nivelación de los derechos de la mujer en todos los puntos del globo.

Un punto muy importante a considerar es que solo queremos sentirnos iguales, ni inferiores e indefensas, ni superiores e indomables, simplemente iguales.


Dicho lo anterior, es justo que muchos nos llamen feministas pues no se puede negar que tenemos convicción y en busca de un propósito, pueden llamarnos inconformes o egoístas, por no sentirnos satisfechas con el rol que se nos ha dado, pero en este momento no somos solos las mujeres quienes estamos en esta causa, pues hay mujeres que no la sienten y hay hombres que la abrazan como propia.

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