viernes, 20 de marzo de 2009


Dar al César lo que es del César...

Después de ocho años de gobierno de George W Bush, en donde este se movió como enviado divino y adalid de la democracia, fue entonces cuando el termino DEMOCRACIA comenzó a tomar matices contradictorios. En México se vive un debate, una parte importante en las democracias modernas son los partidos políticos, pero ¿es necesario que estos en su interior sean democráticos? ¿En realidad a la gente le importa lo que hagan los partidos políticos?

La respuesta de la primera pregunta, creo yo, es muy simple, cada partido político puede guiarse como más les convenga, a fin de cuentas es lo que siempre hacen. Pero si para los partidos es más rentable seleccionar a sus candidatos, saltándose elecciones internas, por qué se empeñan en llevarlas a cabo si al final estas resaltan (cuando menos en México), por el uso de recursos antidemocráticos e ilegales.

Lamentablemente en México las elecciones internas en los partidos termina siendo una pantalla, en algunos casos sirven para medir fuerzas políticas, que en realidad es para ver que personaje puede movilizar más acarreados y quien puede rellenar más urnas o hasta desaparecer gente como en el caso de las recientes elecciones internas del PRD.

Están también los casos en que se crean elecciones internas que por debajo del agua ya están más que amarradas, pero no les importa organizar supuestos debates y hasta despilfarrar dinero en publicidad, que es el caso de todos los partidos en México.

A mi parecer un partido puede elegir a su candidato como más le convenga, esto se da en todo el mundo de manera natural y a fin de cuentas a las personas no les importa cómo se elijan pues en una democracia ellos elegirán al “mejor” en entre varios candidatos, de distintas instituciones políticas.



Lo que si considero una bajeza es que a todas luces y estas elecciones se hagan por “designación directa” y que al final se diga que fue dentro de un marco democrático y que se hiso de ese modo para fortalecer la democracia interna del partido. Lo que me da a entender es que los políticos mexicanos no saben que es democracia y la confunden con autoritarismos, no encuentro otra explicación.

Vayamos llamando a las cosas por su nombre, en su mayoría los partidos políticos son antidemocráticos, y aunque parezca una ironía son piezas claves de una democracia. Si los partidos siguen con ese discurso creyendo que la gente es tonta nunca saldremos adelante.

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