Profecías del fin del mundo vs El 2012

Entonces estaba viendo las noticias en google y todo parecía negativo. Los 300 millones de pesos de deuda, el auge de la influenza, muertos y corrupción etc.
Después de haber tenido mi dosis de información nacional e internacional, me topé con Michel de Nôtre-Dame, en alguna de tantas visitas en el stumble, el señor “profecía” del siglo XVI, recordé la faramalla que le hacían cuando pasó lo de las Torres Gemelas y Guerras Mundiales, leí algunos de sus párrafos de hechos pasados y que relaciones tenían. Luego llegué a la sección que hablan del fin del mundo; a lo mejor pueda que descubra algo nuevo y leí:

“A medianoche conductor del ejército,
Le salvará súbito desvanecimiento,
Siete años más tarde la fama no dañada
A su regreso no dirá nunca que sí.”

Bastante ambiguo en mi opinión, bien podría yo decir:

La máquina de hierro caerá
Cerca del camino del doctor
Giros y ruidos se oirán
Cual estruendo de tormenta. A ver, ¿de qué hablo?

Pero si descubrí algo, que eso de interpretar las profecías no se me da. Como 100 párrafos habla el señor Nostradamus sobre el fin del mundo, que será según su predicción hasta el año 3797, es bastante tiempo para que el meteorito gigante nos haga cuacha, pero bueno, eso puede justificar los más de 100 versos.

Me vino a la mente mis amigos mayas y su 2012, me leí también alguna de sus profecías que en resumen hablan de desastres naturales, una no muy grata armonía con la naturaleza, algún meteorito que chocará en la Tierra, pero también de la transición del hombre en tinieblas al hombre hacia la luz y algo así como un encuentro consigo mismo, al menos eso es algo bueno.
Finalizaré con esta reflexión. Hace tiempo mi papá me llevo a ver Armagedón al cine (Ben Affleck se me pasaba inadvertido en esa época) al terminar la película le pregunté a mi papá, “¿pero eso sucederá después verdad?” (al después me refiero a un futuro como el de Volver al Futuro con autos voladores y comidas en polvo) y mi papá me dijo “no, puede pasar en cualquier momento”. Ese día perdí la inocencia del “me voy a morir cuando sea grande y vieja” pero al menos ahora, creo yo, ya lo he superado.
Ánimo y no se traumen.