viernes, 3 de julio de 2009

ALBA: Alternativa real o delirio de grandeza

Los últimos acontecimientos llevados a cabo simultáneamente en Honduras y en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York nos demuestran que la famosa Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América (ALBA) se está haciendo de un poder y una influencia que pocas veces se ha visto por parte de un bloque de países en desarrollo.
Mientras en la mayor parte del mundo las potencias se están reordenando, en Latinoamérica un grupo de países con gobiernos de izquierda radical y en algunos casos populista han hecho su trabajo y se han hecho de instituciones supranacionales como lo es el ALBA.

El ALBA nació como una alternativa en la región a El Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) promovida por los Estados Unidos.

La principal prioridad de este organismo es la integración de Sudamérica y el Caribe en un poderoso bloque regional, económico y comercial. Implementando programas para combatir la pobreza, la desigualdad y el analfabetismo que imperan en gran parte del continente.

Es innegable que las intenciones que mueven a este nuevo y alternativo bloque formado por Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Honduras, Nicaragua, S. Vicente y Granadinas y claro Venezuela, son nobles, pero más que nobles urgentes en esta zona del planeta. Más que los problemas sociales, estructurales, políticos y económicos que azotan la región, lo que pone en tela de juicio al ALBA tiene que ver con sus fundadores.

El padre fundador del ALBA (sin importar que aseguren que es Simón bolívar, Miguel Hidalgo o José Martí) es el presidente de Venezuela, Hugo Frías, quien de la mano de Cuba se ha encargado de levantar este esfuerzo que ya cuenta con su propia televisora regional alternativa (teleSUR), su banco alternativo (Banco del ALBA) que financia proyectos de desarrollo en la región, y próximamente una moneda única.

Los esfuerzos como ya lo mencione son ejemplares y el bloque ya ha mostrado su poder político en organismos como la ONU y la OEA pero sin embargo el hecho de que cuestionados personajes estén a la cabeza hace dudar de las intenciones de fondo de la organización.

Para ejemplificarlo de otra manera, hace algunas décadas un famoso escritor peruano visitó México y durante su estancia conmocionó a la sociedad y al gobierno en aquel entonces al mencionar que México estaba viviendo en una “dictadura perfecta”, Mario Vargas Llosa no se equivocaba.
Ahora el mismo Vargas Llosa es un aguerrido crítico del presidente Chávez. Tan solo hace unos meses su visita a la república bolivariana levantó chispas en la sociedad venezolana.

Pero el peruano no es el único crítico de la administración chavista. Como dijo Michael Moore al recibir su Oscar: “Debería darte vergüenza, Bush. Cuando hasta el Papa y las Dixie Chicks están en tu contra, ya te llegó la hora.

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