martes, 10 de febrero de 2009





“¿Quién gobierna en México?”

Los poderes fácticos dominan, subyugan.

¿Quién gobierna en México: el Senado o Salinas Pliego?”, planteaba Denise Dresser en el foro “México ante la Crisis”; tras el inicio de la transmisión de espots en los medios de comunicación electrónicos la interrogante es inevitable: ¿Quién gobierna: los medios o las instituciones?, ¿los poderes fácticos o los establecidos?

La actitud de las televisoras confronta, encona, azuza a la sociedad hacia el IFE; engaña a la población, la cual únicamente recibe informaciones sesgadas, tergiversadas, favorables hacia los barones del poder, los dueños de los medios de comunicación electrónicos.

Es evidente la molestia de los concesionarios, la reforma constitucional en el ámbito electoral, aprobada en noviembre del 2007, mermó los ingresos por publicidad de ellos. La sed de venganza, de intentar, por decir lo menos, abrogar esa enmienda es palmaria.

El pacto es evidente entre las televisoras, preponderantemente, claro, el duopolio. La cortinilla es falaz, señala responsabilidades que no son competencia del IFE, las televisoras se lavan las manos. ¿Quién gobierna?, ¿Quién manda?

El IFE se ve acotado, atado de manos; los legisladores, la gran mayoría, callan, saben del poder de la pantalla, el castigo del cristal. No quieren ser el próximo Santiago Creel. El borrón es el arma.

Azcárraga, Salinas Pliego y las familias que dominan el espectro radioeléctrico mandan la señal, la afrenta contra los poderes establecidos.

Logran su cometido, 56% de la sociedad (léase la encuesta de Demotecnia) cree que la abrupta suspensión en la transmisión de sus programas predilectos, evidentemente por delante el fútbol, tanto americano como soccer, es culpa del instituto que dirige Leonardo Valdés; las televisoras son inocentes de ello, fueron “obligadas” a suspender momentáneamente la transmisión de dichos espacios de diversión porque así lo definió el IFE.

La pantalla es un poder que osa en enfrentar al Estado; puede mentir, puede violar legislaciones, la égida es infranqueable, ellos saben que la impunidad en el país los cobija. Los protege.

Han perdido un mundo de dinero que no podrán recuperar con otros clientes, la política mexicana había llegado a un límite intolerable de despilfarro pecuniario en época de elecciones. El dinero había viciado el ambiente electoral, quien tenía mayor presupuesto podía incidir de mayor manera en la población.

















Aun así, los medios buscan recovecos en la legislación para eludir la reglamentación. ¿O creeremos que la aparición de Peña Nieto y Ebrard en la pantalla del Canal de las Estrellas es meramente informativa?

¿O que la aparición de Rodrigo Medina en la pantalla de Televisa (y en Azteca y Multimedios), sobre todo en programas como El rey del reggeaton (conexos y derivados y en todas sus ramificaciones) es de buena onda por parte de la Cadena Televisora del Norte?

El IFE señala ante este comportamiento atípico de las televisoras, pero no tiene las armas para exigir modificar la actitud de las televisoras. Menos ante la aparición (sospechosa) de Ebrard y de Peña Nieto en la pantalla, Valdés ha declarado que no tiene armas para regular bajo la ley la cobertura “informativa” de los medios de comunicación electrónicos.

¿Quién manda?

ARCHIVERO…

-“ESTUVO CABRÓN”, Él recorre los pasillos de una televisora, lo acompaña un grupo de siete personas, luce trajeado, peinado a la Jimmy Neutrón, versión regia; “¿Qué día tan pesado, no?”, se le inquiere, “Estuvo pesado, pero estuvo más cabrón convencerlos allá en México”, camina, según él, hacia la Gubernatura…

1 comentario:

  1. Las masas, tan manipulables como los individuos. Palabras correctos en los lugares correctos y ya. El que sabe manejar la opinion publica a su antojo es quien manda. Pero como decia el Sr. Chatsworth en The Dead Zone (Stephen King)

    "'The lesson?' Roger stood up. 'Don't fuck the people over for too long,' he said. 'That's the lesson. Adam Clayton Powell found out. Agnew and Nixon did, too. Just... don't fuck the people for too long.' He glanced at his watch. 'Come on over to the big house and have a drink, Johnny. "

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